"Nevada era un charco desierto
el muerto era jefe de un bar
sangrando después de un concierto
que no quería pagar.
Guitarra era un viejo sediento
con barba de cana y coral
cargando de balas el cuerpo
de quien fueran a enterrar.
Huyó por caminos abiertos
le dió por tararear
mientras los perros hambrientos
le seguían al pasar
Bebía de arroyos infectos
comía pedazos de pan
tocaba mientras su trayecto
torcía sus pies al andar.
Huyendo por no seguir siempre,
siguiendo por nunca parar
sus botas de piel de serpiente
cascabeles en collar.
Huyendo halló un musico ciego
pedía por ya no mirar
llevaba sombrero harapiento
y el talento sin cobrar.
El duo guitarra y lamento
se pusieron a tocar
canciones bajo el firmamento
que les venía a escuchar
Huyeron por no seguir siempre
perdiendo y jugando al azar
sus botas de piel de serpiente
y los dientes al mirar.
Huyeron por no seguir siendo
y fueron, por siempre y jamás
las voces de aquellos desiertos
donde los oirás cantar,
donde los oirás cantar.
huído de un beso de plomo
y otro el ojo de cristal"
Rezgo Reis
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